Seguridad Vial

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Glorieta de una ciudad

NOTICIA - Seguridad Vial

23/10/2023

Las glorietas, esas grandes desconocidas

Coches que no respetan la prioridad, conductores que no saben por dónde circular, cambios bruscos de carril, frenazos en seco y, por supuesto, accidentes y sustos de todo tipo. Todos los días suceden un sinfín de incidencias en las glorietas de nuestro país, una solución urbana surgida en Francia a principios del siglo XX y que ha proliferado de una forma extraordinaria en España. Quizás por ello, ya es hora de saber cómo se circula en este tipo de vías.

El concepto de plaza está íntimamente ligado al diseño clásico de las urbes, donde las ágoras y los foros constituían el punto principal de reunión de los ciudadanos, así como el escenario físico de los principales actos públicos. Una idea que resurgió en el Renacimiento y que España no solo exportó en incontables ocasiones a sus colonias del Nuevo Mundo, sino que siguió poniendo en práctica en las reformas urbanas de sus propias ciudades. Siglos después, la generalización del tráfico motorizado alteró decisivamente la idea de la plaza como punto de encuentro de la ciudadanía, provocando dos grandes desafíos: la dificultad de adaptar el trazado urbano a la proliferación de vehículos a motor y la complicada convivencia de éstos con el resto de los usuarios de la vía, especialmente, con los peatones.

Producto de ello, a principios del siglo XX, Eugène Hénard introdujo la circulación giratoria de un solo sentido en dos plazas parisinas: la de la Nación y la de la Charles de Gaulle, observando un gran equilibrio entre las dimensiones de las aceras y de la calzada. Esta solución, que, en muchos casos, hace innecesarios los semáforos y ahorra muchos costes de mantenimiento, gozó de una acogida extraordinaria en nuestro país vecino y, por extensión, en España.

El urbanismo extensivo que prolifera en el corredor noroeste de la Comunidad de Madrid es un gran ejemplo. No en vano, en Las Rozas apenas se contabiliza un semáforo en toda la localidad en contraposición con sus casi 100 rotondas, mientras que, en Majadahonda, su población vecina, apenas hay dos semáforos en toda la ciudad. España es, de hecho, uno de los países desarrollados con más rotondas por cada millón de habitantes (591), un índice solo superado por Francia. Pero anécdotas aparte, ¿sabemos circular por ellas? La DGT y la Guardia Civil tienen serias dudas sobre ello, por lo que insisten en recordarnos cómo debemos hacerlo.

Una alta siniestralidad

Según los datos de la DGT, uno de cada tres conductores implicados en accidentes en rotondas cometió alguna infracción, principalmente no respetar la prioridad, circular o entrar en ellas a una velocidad excesiva y no mantener la distancia de seguridad.

Y es que las cifras alarman: en 2020, se registraron 7.104 siniestros con víctimas en estas vías, en las que se registraron 61 fallecidos, más de 400 heridos graves y más de 12.000 víctimas.

Los errores más comunes

Estos son, según la DGT, los errores más comunes de los conductores cuando circulan por una glorieta:

  • Circular por la rotonda sin dar prioridad a los ciclistas. Recuerde: los ciclistas tienen la prioridad en una glorieta si el primero del grupo ha entrado ya en la rotonda, aunque el resto no lo haya hecho y usted ya esté circulando dentro de ella.
  • Circular a una velocidad excesiva. Cuando entremos en una rotonda tenemos que ser conscientes de que puede haber muchos elementos de riesgo: curvas prolongadas, vehículos que ya circulan por el interior o la presencia de usuarios vulnerables. Por todo ello, es preciso entrar a baja velocidad, dando tiempo para ser vistos y sin dar acelerones o frenazos bruscos.
  • Salida cruzada desde el interior. El clásico de los clásicos: atravesar los carriles sin señalizar y tomar una salida cruzando los carriles exteriores y cerrando el paso a los coches que circulan correctamente. En realidad, hacerlo bien no es difícil: si la rotonda se encuentra en una vía interurbana, circule siempre por el carril exterior. Si la glorieta es urbana y tiene los carriles delimitados, circule por el que más le convenga, pero señalizando con suficiente antelación cualquier cambio.
  • No respetar la prioridad. La prisa por no tener que detenerse provoca que algunos conductores se incorporen a la rotonda de forma forzada obviando las señales de prioridad, lo que provoca que los vehículos que circulan por el interior tengan que detenerse de repente, lo que supone un gran riesgo. 
  • No señalizar. Cambiarse de carril sin poner los intermitentes con suficiente antelación es otro de los grandes errores de los conductores en estas vías.