Tras un choque frontal, las mujeres tienen el doble de riesgo de sufrir una lesión cerebral grave y un 50% más de probabilidades de tener una factura craneal que los hombres. Las razones residen no son solo en la diferencia de constitución entre ambos sexos, sino a que, históricamente, muchos elementos de seguridad pasiva se han realizado exclusivamente en base a la anatomía masculina.

No en vano, los modelos de dummie más utilizados en la historia han reproducido tres modelos concretos: un hombre percentil 95, un hombre percentil 50 y una mujer percentil 5 que no es sino una mera adaptación del cuerpo del hombre. Esto tiene varias consecuencias importantes: al no poder llegar bien a los pedales, las conductoras tienden a acercarse más de lo debido al volante, propiciando lesiones más intensas en caso de que se active el airbag. Además, el cinturón de seguridad y la ergonomía de los asientos tienen a generar un deslizamiento del cuerpo de la mujer hacia abajo, que le provoca graves lesiones internas; un efecto conocido como “submarining”.

Consciente de ello, la Fundación Línea Directa, en colaboración con la Universidad Pontificia Comillas, ha realizado diversos crash test computarizados que evalúan la influencia de la configuración del habitáculo sobre las potenciales lesiones de las conductoras. Para ello, ha reproducido impactos frontales a 65 km/h con un modelo masculino y femenino percentil 50 desarrollados bajo el modelo VIVA+, uno de los programas más avanzados que existen en este ámbito.

La investigación ha estado dirigida por Francisco Javier López Valdés, uno de los mayores expertos en biomecánica aplicada a la seguridad vial de nuestro país, que, en esta entrevista, reflexiona sobre los retos a los que se enfrenta la seguridad pasiva en el futuro.

Pruebas de seguridad pasiva

Según Francisco José López Valdés, “existen dos tipos de pruebas de seguridad pasiva: una serían las de homologación, que son requeridas a nivel europeo y están basadas en protocolos de Naciones Unidas para garantizar unos mínimos niveles de seguridad de los vehículos, y por otro, están las pruebas de consumidor”. En este sentido, MOBIOS-IIT puede “aportar información que habitualmente no se recogen en estas pruebas, como por ejemplo, comprobar la biofidelidad de los dummies”.

Precisamente, la falta de biofidelidad de los dummies para representar la anatomía femenina ha sido una de las principales conclusiones del informe realizado en colaboración con la Fundación Línea Directa. Según el director de MOBIOS-IIT, “hay que reconocer el papel que han jugado los dummies en los últimos 50 años, el número de vidas que se han salvado y el número de lesiones que se han evitado, pero cuanto más investigamos, más nos damos cuenta de que existen gaps muy importantes. Todavía no tenemos suficiente información para construir modelos adecuados que protejan a las mujeres”.