Seguridad Vial

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Consejos para conducir en invierno

NOTICIA - Actualidad

10/01/2023

El invierno, una estación crítica para la conducción

Enero es uno de los meses más fríos del año. Al hielo, la lluvia y la niebla, se le suma el estado y la antigüedad de nuestros vehículos, lo que puede crear un caldo de cultivo muy peligroso para la seguridad vial. Desde el blog de la Fundación Línea Directa te damos una serie de consejos para que circules con seguridad tanto en carretera como en ciudad.

En invierno, el hielo, el viento, la nieve y la niebla suponen un riesgo añadido para la seguridad vial. Si a eso le sumamos la antigüedad de nuestros vehículos, que en España ronda los 14 años de media, y su estado, ya que la mitad de los coches presentan deficiencias en la ITV, el peligro es evidente. Por eso, es importante tener en cuenta las siguientes cuestiones:

1. Revisar a fondo el mantenimiento del coche

Puede parecer obvio, pero el dato habla por sí solo: en España, el absentismo en la ITV alcanzó un 40% en 2021. Por eso, es fundamental prestar una especial atención al mantenimiento de aquellos elementos que sufren más con el frío, como la batería, los frenos, o los neumáticos. Pero… ¿Cuándo debemos cambiarlos?

  • Debemos revisar la batería de nuestro coche si sus “vueltas” al arrancar se hacen cada vez más lentas o si tiene más de 4 años. 
  • Hay que cambiar los frenos si el desgaste de los discos es de unos 2,5mm (1mm en el caso de los frenos de tambor). En el caso de las zapatas, el grosor mínimo debe rondar los 4mm, pero no debemos apurar tanto, sobre todo si empieza a hacer un chirrido desagradable.
  • Respecto a los neumáticos, la profundidad del dibujo no debe ser inferior a 1,6mm. Además, no podemos montar ruedas diferentes en el mismo eje y tenemos que llevar las ruedas a la presión recomendada por el fabricante. No olvides que la presión de los neumáticos suele descender entre 0,07 y 0,14 bares cada 10ºC menos de temperatura.

También debemos recordar que cambiar las escobillas apenas cuesta dinero y mejora mucho la visibilidad en caso de lluvia. Además, un consejo: déjalas levantadas si el coche “duerme” a la intemperie y crees que va a helar por la noche. Tampoco olvides cuidar la óptica de tu coche: un pulido mejora sensiblemente sus prestaciones y su precio no es excesivamente caro (50€ aproximadamente). Por último, no olvides revisar los niveles, especialmente el del aceite y el anticongelante.

2. El habitáculo, a una temperatura adecuada

La temperatura ideal de conducción es entre 19 y 22ºC, ya que el calor excesivo y la monotonía de la marcha pueden provocarnos somnolencia. Además, si se nos empañan los cristales, debemos dirigir la calefacción hacia la luna delantera, pero el resto del tiempo es recomendable que el aire salga por los pies, ya que el calor se repartirá de forma más homogénea en el habitáculo.

3. Llevar ropa adecuada

Debemos mantener siempre la “libertad de movimientos” que exige el Reglamento General de Circulación. Para ello, hay que evitar los abrigos voluminosos o las botas y guantes excesivamente rígidos.

4. Menos velocidad, más distancia de seguridad

Con lluvia, niebla y hielo, es fundamental reducir la velocidad, lo que aumentará la distancia de seguridad con los vehículos precedentes.  No en vano, la distancia de frenado puede aumentar un 50% más con lluvia y la adherencia del neumático puede disminuir hasta un 40%.

5. Cuidado con el aquaplaning y el “efecto pantalla”

El aquaplaning sucede cuando los neumáticos no pueden desalojar una masa de agua, lo que causa una pérdida de tracción y de control del coche de hasta un 90%.

Si nos sucede este fenómeno, no debemos pisar el freno, sino levantar el pie del acelerador y mantener fija la dirección. También debemos estar atentos al “efecto pantalla”, que se produce cuando sentimos el viento en nuestro coche al salir de un túnel o al adelantar a un vehículo pesado.